El sabor natural de Irlanda

La naturalidad es una cualidad de esta isla que ha permanecido invariable a lo largo del tiem po. Abiertos son sus paisajes y transparentes sus habitantes.Es la tierra de la magia, la sabiduría celta, la cerveza negra y la religión católica. Solo hay un sitio en el mundo en el que cosas tan contradictorias forjan un carácter único: Irlanda.Con 70.000 metros cuadra dos, su esplendor enmudeció los gritos de los vikingos que siempre trataron de invadir este rincón en medio del océano Atlántico, embriagados por su particularidad mística.La isla color esmeralda. Irlan da es un lugar para recuperar la fe en la magia y en el ser humano, un espectacular escenario en el que el hombre comprende su insignificancia.Se dice que en Irlanda hay cuarenta tipos de verde, por ello recibe el sobrenombre de la Isla Esmeralda. La lluvia constante ha hecho de las tierras una manta de color en la que se respira la niebla de las montañas.Las impresionantes vistas que barren su horizonte se cortan ante la caída libre de los acantilados de Moher, un rincón engendrado por la naturaleza cuyo rugido sobre el océano sobrecoge al hombre.Desde sus imperiales lími tes en el condado de Clare, el viento de la libertad sopla con rabia y evapora los problemas mundanos con su belleza vertical. En el mismo condado se encuentra la meseta kárstica de aspecto lunar de Burren, en la que uno experimenta sensaciones transcendentales.La Calzada del Gigante. Si tuada en el norte del país es un ícono de la tierra del Éire, rodeada de mitología y leyendas, como todo lo importante en esta nación.Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986, el origen de este peculiar accidente geológico cuenta la fábula fue por una disputa entre dos gigantes rivales: Finn desde Irlanda y Bennandoner desde Escocia, se lanzaban piedras mutuamente y acabaron por construir una pasarela de columnas de basalto entre ambas tierras.Acantilados, cordilleras y agua. En forma de lluvia y también de grandes lagos, Irlanda absorbe la tranquilidad heladora del Atlántico, mientras que los lagos de Glendalaugh aguardan serenos en el paraíso de Wicklow, al cobijo de las verdes montañas.Tradición y modernidad. Cin co son los castillos que modelan la leyenda medieval de este país en los que no puede faltar el misterio.La fortaleza de Malahide, la más cercana de la capital, tiene cinco fantasmas que lo guardan; las ruinas de Dunluce desafían los abismos; el Castillo gris de Blarney dota del poder de la...

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