Salmerón Acosta, recóndito y despierto

Como si tuviera siempre que salir de un letargo, una penalidad incom prensible para un autor de su renombre, el poeta Cruz Salmerón Acosta emerge nuevamente en La can ción recóndita Fundar te, 2011. Antes, lo había ya conseguido en Vida somera. Cantos al mar, al amor y a la muerte Monte Ávila Edi tores, 1993, una rigurosa y amorosa antología a cargo de Gustavo Luis Carrera, durante el festejo nacional, un tanto inadvertido, por el centenario del nacimiento del escritor, que había nacido el año 1892 en playas del estado Sucre, hechas mito por los versos del propio poeta, en sus más celebradas líneas: Azul de aquella cumbre tan lejana/ hacia la cual mi pensamiento vuela/ bajo la paz azul de la mañana,/ ¡color que tantas cosas me revela!. Y, mucho más atrás, lo vislumbra ya en esta prisión de letargos, el es tudio y repertorio Azul de Manicuare. Cruz Salmerón Acosta UCV, 1971, obra de Oswaldo Larrazábal Henríquez, su cultor más devoto Salmerón Acosta, itinera rio de un poeta, 1979; Yo, Cruz María Salmerón Acos ta, 1982; Reencuentro azul. Presencia de Cruz Salme rón Acosta, 2004. Fuente de amargura sería el título que Dionisio López Orihuela daría, en 1952, para ofrecer la primera compilación de la poética de Salmerón Acosta y que se ha reeditado, sin cambios, cuatro veces más. El recuento provisional llega a término en 2011, cuando se presenta Cruz María Salmerón Acosta. Obra completa comentada, trabajo de William Rodríguez, profesor de la UCAB, núcleo de Los Teques, que permanece inédito. La edición de Fundarte despierta al poeta de su último sueño y nos lo presenta en 52 piezas, sonetos en su mayoría, que permiten que el lector desprevenido ante...

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