Ficción de sangre

Como diría Gadamer, el principio de composición de La sombra inmóvil Caracas: Seix Barral, 2013, el último libro de relatos del narrador, ensayista, crítico, editor y promotor cultural Antonio López Ortega, es la imagen constelada de la sangre. La sangre contenida, derramada o presentida constituye el centro el mundo doliente referido por Ana Teresa Torres, en el texto de presentación de La sombra inmóvil y su efecto de sentido el corazón recrecido citado por Miguel Gómez, en su inteligente lectura inédita del libro de López Ortega de la poética narrativa que determina, relaciona y ordena la diégesis del relato.Si la sangre de las imágenes de la crónica roja criminal de la prensa que se asocia con las imágenes de las distintas especies de árboles hasta condensarse en la imagen de la sangre convulsionada de la esposa muerta del narrador es el envés Gómez de la tumba de su amada ... bajo las raíces eternas del candelo, de Los árboles; si la imagen de la sangre vertida del rostro afeitado del narrador es el envés de la humanidad que forjó sin mayor esfuerzo como fundamento de la ficción, de A tres palmos; si la imagen de la sangre volcada de Bernardo y de Poggioli y Nicolás, sus compañeros de estudios universitarios y de fútbol, en un accidente de tránsito en una autopista norteamericana, es el envés del destino de Bernardo, de La sangre de Nicólas; si la imagen de la sangre que mana de la mano herida del narrador por el impacto de la caída de una rama de apamate representa el envés, el único rastro de la escritura poética de Historia de una rama; si la imagen de la sangre sustraída del rostro de Glücksmann, un cardiólogo argentino cultivador de jardines de plantas xerófitas, en su casa de Margarita, en el momento de su muerte por un paro respiratorio, es el envés de la franja del jardín xerófito, transplantado por su esposa, de la casa del narrador, de Glücksmann; si la imagen de la sangre vaciada por el terremoto de Chile y la de la sangre presentida en el tsuna mi anunciado e inexistente de Hawái, que el narrador sobre/ vive en el aeropuerto limeño, como estación obligada entre Buenos Aires y Caracas, es el envés de la imagen recordada del Pacífico, de Tsunami waves reach Hawaii; si la imagen de la sangre infartada de la muerte...

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