Los sanguinarios de El Cambur

Ese es el nombre con el cual se autobautizaron los asesinos de nuestra reina de be lleza y su esposo. Su pequeña hija salió viva por mera casualidad. Quien disparó la pistola, automática de 19 tiros, la descargó con odio. Con desprecio. Con ganas de matar. Ya los habían asaltado. Pero tenían un aspecto burgués demasiado evidente. Por su ropa y su porte tenían que ser necesariamente escuálidos. Unos ejem plares clásicos de la estirpe ricachona. Unos parásitos de la sociedad. Unos enemigos claros del pueblo.Ay, señor. El homicida. El cri minal sanguinario, el que disparó a mansalva, con rencor, resentimiento, desprecio y ganas de matar tiene 19 años. Su formación criminal, su pensamiento, su resentimiento fue anidado, desarrollado y alimentado en estos 15 años. Su tirria ha sido estimulada durante años. Es una guerra civil disfrazada. Mientras la ministra carcelaria suelta docenas y docenas de convictos, muchos de ellos con prontuarios e historias criminales espeluznantes, habla, por otro lado, con ojeriza infinita e inquina rojiza contra la jueza Afiuni, quien, como nuestra miss, es claramente una delegada burguesa. Una representante de la derecha. Una hijita del imperio. Pero cómo no van a merecer castigo esos malvados millonarios que hasta se la pasan viajando al exterior, tal como lo publicara la ministra de Información en otra valiente denuncia contra los cuartorrepublicanos.Ay con los ricos que siguen creyendo que este país es de ellos, no se dan cuenta de que aquí llegó el socialismo del siglo XXI, un gobierno liberador. Que nos fabrica cada día una nueva patria. Bien lo dicen nuestros dignos ministros y legisladores oficiales. Hay inflación. Desabastecimiento.Criminalidad. Pero tenemos patria. Su lema es sencillo. Patria, socialismo o muerte.Amigos todos. Esa consigna la han repetido centenares de miles de veces. No van a permitir que Venezuela abandone el funcionamiento, la lógica del llamado mundo socialista, cuyos claros resultados se pueden evidenciar en los fracasos de Cuba, de la Unión Soviética y en la locura abierta y aberrada del primer ministro...

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