Santo que no milagrea

Este régimen porfiado, obstinado, incorregible defiende sus miserias mediante una censura constante, terca, tenaz que parece entrar y salir, asomarse y desaparecer, saber e ignorar sin moverse un ápice del papel de interventor, reprobador, represor, ni dejar de exhibir su intolerancia. No le fue suficiente con pervertir Venezolana de Televisión y la televisora y la radio nacionales, cada una de ellas con larga trayectoria de relativo res peto y amplitud, convertidas en bastión sectario, dogmático, fanático de la intolerancia oficial... hubo de arremeter, con toda la carga de envidia, celos, resentimiento, contra los medios privados, primero con amedrentamiento, a cargo de mercenarios, luego con multas, prohibiciones, denuncias de supuestas violaciones legales y, finalmente, ofertas de compra por parte de otros particulares que terminan de debilitar la vocería de la oposición.Mientras, la población civil se prepara, quiéralo o no, para tratar de sobrevivir en una de las etapas más siniestras de nuestra historia, la de los aumentos de precios sin ton ni son, sin posibilidad de control porque no se puede controlar lo inexistente, una escasez pavorosa que eleva por las nubes los precios cuando el gobierno los quiere hacer caer e insiste en que se venda a 40 bolívares el kilo de carne que en todas partes cuesta más de...

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