Santos y las encuestas

En declaraciones más propias de un jefe de redacción que de un jefe de Estado, el presidente de la República, acosado por las encuestas y los chiflidos, ha decidido indicarles a los periodistas cuáles hechos son noticia y cuáles no. Más allá de lo equivocado que resulta atribuir las culpas de los resultados de las encuestas a los medios, en vez de revisar lo que está ocurriendo en su gobierno y con sus colaboradores, Juan Manuel Santos luce muy confundido.El porrazo en las encuestas no es solo un reflejo del repudio nacional contra la acción atroz de las FARC. Es un reflejo del rechazo contra la reacción tardía del gobierno tras el hecho brutal que conmovía al país mientras regía una tregua.Las encuestas, además de la indignación con las FARC, están marcadas por un creciente clima de pesimismo económico, producto no solo de la caída del petróleo, sino de una clara erosión de confianza en el equipo de Minhacienda, al que no le cuadran las cuentas.Y las encuestas reflejan tam bién el malestar por la ineficacia oficial en muchos frentes, por la severa percepción de deterioro en la seguridad, por la corrupción...

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