Farías, Saragó, Maldonado, Moreno: ¿quién va al Carrusel Aurinegro?

En San Cristóbal no entienden lo que pasa. O lo que ha venido pasando de un tiempo a esta parte, meses interminables en los que el Táchira, el Carrusel Aurinegro de los días felices, se pierde en el túnel sin luz de los olvidos. Como en El Castillo de Kafka, en un pasadizo que parece no tener fin ni consuelo. La directiva tachirense, apun tando alto de acuerdo con el rango triunfador del equipo, trajo en 2010 de Colombia a Jorge Luis Pinto, un reputado técnico para hacer campeón a quien no merece otra cosa. Ganó el Torneo Apertura, pero disputas internas, poco conocimiento del jugador de casa, lo hicieron fracasar en el Clausura 2011; no obstante, se hizo del campeonato nacional al batir en la finalísima al Zamora. El hombre se fue, y para el Apertura siguiente se encargó José de Jesús Chuy Vera, a quien tras su fracaso ruidoso fue suplido por el asistente, Manolo Contreras. Jaime de la Pava, otro neogranadino, se ocupó del Clausura 2012, pero fue despachado antes de que concluyera el campeonato. Contreras, otra vez, fue promovido, y para este Apertura se la jugaron con él desde el comienzo. Contreras, con anchos cono cimientos técnicos pero con dificultad para comunicarse con el grupo, fue de mal en peor, hasta que una crisis de resultados terminaron por sacudirlo. Tomó el control Laureano Jaimes, quien había sido su segundo, y el jugador de las grandes tardes se ha hecho cargo del equipo para esta final del Apertura, en el que el club, perdido en posiciones secundarias, solo espera que termine el campeonato para irse a casa y salir de la pesadilla. Pesadilla de la que la junta di rectiva espera despertar en algunos días con nuevo director técnico. Haciendo un símil, ser conductor del Carrusel equivale en San Cristóbal a ser presidente de la república tachirense. La gente opina, los medios de comunicación social acosan. Nadie está tranquilo en una ciudad que se oxigena de fútbol y que huele a fútbol por sus cuatro puntos cardinales. ¿Quién será el hombre que asuma tamaña responsabilidad? Todos quieren, todos tiemblan ante la posibilidad. Casi se da aquel viejo decir po pular del que busca trabajo y se lo ofrecen: ¿Yo? ¿A mí? Ah, así, el más tonto. Sin embargo, en lo más pro fundo de los hombres capaces bulle, como pasa con la mujer deseada, el deseo ferviente. No se gradúa de técnico en Venezuela quien no haya dirigido a Táchira. No está escrito en ningún lado, pero la gente de fútbol sabe que es así. Entonces, ¿quién será el va liente que...

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