En secreto

No sé cuán atractivo podría ser un complejo turístico que tenga el nombre del Che Gue vara y que en su papelería aparezca la imagen que el Ministerio de Propaganda de Cuba popularizó en el mundo con la ayuda de las grandes agencias de publicidad de Nueva York, cuyas filiales, franquicias y sucedáneas acaban de colocarle la estrella de Mercedes Benz en la boina del guerrillero heroico. La imagen ícono del argentino Guevara de la Serna, a cuya muerte con tanto furor can tó Carlos Puebla, fue tomada de un cuadro del artista irlandés Jim Fitzpatrick. La versión plagiada se ha utilizado para vender desde jugo de naranja hasta condones, ropa fabricada con tela obtenida de las botellas plásticas de Coca-Cola y, por supuesto, té de coca, pero nadie se ha atrevido a ponerla en el anuncio de un spa, un salón de pedicura o una barbería. Detrás de esa gran popularidad de la foto tomada casualmente por Korda, en 1960 y que se convirtió en la más famosa fotografía e ícono gráfico del mundo en el siglo XX, hay toda una teoría en la que se entrecruzan la semiótica con la idiotez, el culto a la belleza con ansias de libertad, justicia y otros valores, pero también la violencia, la sangre y la propensión a hacer justicia por la propia mano, como le gustaba al combatiente de Sierra Maestra. A mediados de semana el Ministerio de Turismo y la empresa estatal cubana Socivireca, vaya nombre, firmaron un contrato por Bs 22,7 millones de bolívares para emprender a partir de pasado mañana el levantamiento topográfico y la remoción de escombros de un terreno en Caraballeda para construir el complejo...

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