El secreto está en el trato afectuoso con los deudos

Hace 50 años el periodista Eduardo Elías Vallés y su esposa, Mireya Hernández de Vallés, decidieron abrir una funeraria en la avenida Los Jabillos en Sabana Grande. Alquilaron una casa a su amigo Luis Eladio Contreras con el propósito de ofrecer un espacio apropiado para las velaciones, pues en esos años se acostumbraba a hacerlas en los domicilios.Medio siglo ha transcurrido desde entonces. Para conmemorar la fecha, hoy en la mañana se oficiará una misa privada dentro de las instalaciones de la empresa y se le entregarán reconocimientos especiales a los empleados.El fundador ya no está. Su viuda, Mireya Hernández de Vallés, dice que no puede hablar de celebraciones porque los servicios de acogimiento que brinda la empresa no convocan a la alegría. Por esa razón solo habla de lo gratificante que le resulta servir al prójimo.Asegura que La Vallés, como se llama coloquialmente a la funeraria, es un lugar donde la vocación prevalece sobre el interés de lucro.A mí se me murió mi herma no pequeño y eso fue muy traumático. A veces quería irme a la puerta del cementerio para acompañarlo. Fue la primera vez que empecé a pensar en la muerte, recuerda en voz casi inaudible como si los recuerdos demoraran en llegar. Los va tejiendo en su mente y los narra...

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