Sindicatos de 30 sectores productivos se declararon en protesta permanente
"Esta es la primera de muchas protestas". La frase en cuestión dominó en los discursos que se dieron durante la marcha de trabajadores que se realizó ayer convocada por la organización Frente Autónomo en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato, Fades por sus siglas.
Pancartas contra la expropiación de empresas del sector privado, aumento general de salarios de 40% y comienzo de la discusión de contratos colectivos dominaron el corto recorrido entre el Parque del Este y la avenida principal de Los Cortijos, donde se concentran varias industrias de Caracas.
No faltaron los souvenirs políticos. En esta oportunidad la novedad fue una máscara de hule del presidente Chávez con verruga, la cual se vendía por 100 bolívares e incluía un cintillo con los cuernos del ángel que fue arrojado al abismo. "La máscara del señor que abusa del vecino y hace llorar a los niños", recitaba el buhonero que las vendía. A varios se les ocurrió la idea de comprarla para disfrazarse en Carnaval; hubo quienes se abstuvieron por el precio y a otros les pareció que vestir con una indumentaria alusiva al primer mandatario podía ser signo de mal sortilegio.
La marcha arrancó a las 11 a.m. y se tomó una hora para llegar a su destino, donde instalaron una tarima. El acto comenzó con dos cantantes de joropo que contrapuntearon estribillos referentes a los derechos de los trabajadores. Luego siguieron las palabras de los dirigentes sindicales.
"El Gobierno no acepta ningún sindicato disidente, por lo que las organizaciones obreras de 30 sectores productivos y de servicios se declararon en movilización permanente, en la calle y en los portones de las fábricas, para defender los derechos laborales y democráticos", señala el Manifiesto del 5 de febrero leído por Pablo Castro, directivo de la Confederación de Trabajadores de Venezuela.
El manifiesto exige una ley de amnistía para reenganchar en sus puestos a 2.000 de trabajadores despedidos injustamente del sector público por mantener independencia política.
También deplora la estatización de empresas porque elimina empleos, desmejora los beneficios de los contratos colectivos, amenaza la estabilidad laboral por la persecución política y rechaza los consejos de trabajadores y el control obrero por ser instrumentos para eliminar los sindicatos.
Denuncia el irrespeto, en las empresas del Estado, a la normativa de seguridad laboral, causa de múltiples accidentes y enfermedades ocupacionales y exige el cese de la...
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