Cuando la segunda erección no llega

Carlos Eduardo se jacta con sus amigos de ser una suerte de Mike Tyson en la cama. Lo único que no hago es morderle la oreja, resume para derivar en chiste lo que constituye un acto de masculinidad, a veces repugnante pero no por ello frecuente, de ciertos hombres que se ufanan en promover su sexualidad. Pero si le preguntan a su mujer, ella no tendría inconveniente en revelar la otra versión. De modo que Gladys apelará a la misma imagen empleada por su esposo y le propinaría tremendo nocaut: Que va... ese no pasa del segundo round. Por esa razón ambos asisten, discretos y cargando cada uno con la mitad de la culpa, a la consulta del sexólogo, que los oye y consuela hablándoles de fogosos atletas sexuales que después de tanto entrenamiento ni siquiera son capaces de subirse al ring. El tema de la segunda erec ción en la misma noche, que tanto martiriza a los hombres, no es más que una falsa lectura del acto sexual, explica la sexóloga Lisbeth Granadillos, habi tuada a recibir pa rejas en su consul torio en Maracay para dilucidar asuntos de la intimidad que a veces ponen en riesgo la vida marital. Primero, la capa cidad amatoria de un hombre no se mide por el número de veces que eyacule, sino por la destreza con la cual maneja el acto sexual; de manera que esas historias de `tres sin sacarlo? no pasan de ser fantasías, y no pocas veces esconden un problema de reafirmación de autoestima, señala la especialista. Advierte que todos los hombres necesitan tiempo para lograr otra erección después de eyacular y experimentar el orgasmo, lo cual se conoce como periodo refractario. Es en ese lapso cuando el hombre recupera la capacidad de vasodilatación de la zona genital. Desde luego, Granadillos sa be que un muchacho de 20 años de edad, en el grado más alto de su excitación apenas requerirá de unos minutos, si se le compara con el mismo Carlos Eduardo, que está por cumplir sus 43. Otras razones para preocuparse. La erección ocurre gracias a la capacidad del pene para llenarse con sangre que se deposita en tejidos especiales llamados cuerpos cavernosos. Para que esto suceda es necesario que la circulación sanguínea del...

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