Serrat separa y une a una madre y su hija

Una argentina liberal y desparpajada llamada Lucía vive su cotidianidad como si estuviera caminando sobre los versos de Joan Manuel Serrat. La obra del cantautor catalán es su manera de comprender los días, de digerir las penas y celebrar las alegrías. Por contraste, su hija es una chica conservadora que prefiere no dejar las cosas a la suerte. Encuentra en aquellas canciones como Penélope, que es su nombre las disfunciones de su crianza. Pero esa misma música, que abrió un abismo entre ellas, tiene la fuerza suficiente para acercarlas. Las tablas son un hogar y a la vez una tarima, es el lugar para discutir y, de paso, reconciliarse en un homenaje que la hija Samantha Dagnino le hace a esa disparatada mujer que la trajo al mundo Julie Restifo. Mi madre, Serrat y yo, la come dia de Carlos de Matties que se estrenará mañana en el Centro Cultural BOD-Corp Banca, habla de las diferencias entre los seres humanos, pero también de la comprensión. La gente no debe ser como tú quieres que sea, dice Dagnino, también conocida por su álter ego electrónico Samsara y por ser hija de la chef Helena Ibarra y el ex vocalista de Sentimiento Muerto Pablo Dagnino. La actriz había compartido con Restifo, cuando tenía 10 años de edad, en el filme La má gica aventura de Oscar 2000. Desde entonces, sobre todo en tiempos recientes, deseaba reencontrarse con ella. Su personaje está en medio de un conflicto existencial, producto de las diferencias con sus padres y exacerbado por su separación. José Mari, que para Lucía es un pelotudo, surge en las conversaciones y está presente desde el otro lado del auricular. Restifo había probado el acen to argentino en ¿Qué opina...

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