"Uno siempre vuelve a las primeras andanzas"

Mónica Naranjo es de esas cantantes que en apariencia nadie conoce, pero a la hora de una noticia, un disco o, como en este caso, un concierto, sus seguidores de este lado del Atlántico comienzan a llegar como hormigas en presencia de azúcar.

La diva pop española, que es una suerte de semidiosa para muchos, ofrecerá un concierto en la terraza del CCCT la semana próxima. La gira se titula Adagio y consiste en una presentación de sus máximos éxitos en formato sinfónico, como ocurrió en el álbum en directo que fue editado el año pasado. En su recorrido artístico, de casi 20 años, ha dejado 7 placas, de las que se han vendido más de 8 millones de ejemplares.

Vía telefónica, desde Madrid, la cantante confiesa que no recuerda muy bien su primera visita a Venezuela. Dice que fue hace como 15 años, en un tour promocional. Cree que se trataba de su debut, que se produjo oficialmente en 1994, pero no tiene certeza del dato. Salvo esa imprecisión, sus respuestas llegan sin el menor titubeo, con el ritmo de quien se ha tomado la molestia de reflexionar profundamente sobre su trabajo.

-¿Qué puede esperar el público venezolano del tour Adagio?

-La verdad es que es un concierto no muy habitual, me refiero a que se trata de recoger los éxitos, o algunos de ellos, los que considero más importantes de mi carrera, y convertirlos en una obra sinfónica. Es un espectáculo audiovisual en el que la protagonista no soy yo, más bien es una marioneta que habla de la vida.

-Suena como un show bastante conceptual...

-Sí, es bastante profundo. Te puede llevar desde la risa más alocada hasta el amargor más profundo.

-¿Queda agotada emocionalmente después de esta clase de shows?

-La verdad, esta clase de espectáculos siempre me dejan físicamente muy cansada. Hay mucha intensidad musical, mucha energía que se transmite y eso requiere esfuerzo. Normalmente no hago más de dos shows seguidos por ese motivo.

-¿Sintió el cierre de un círculo con la grabación de Adagio?

-Bueno, para mí no ha sido el cierre de un círculo, aunque podría. Es volver a lo que era. Mi formación es clásica, y tenía muchísimas ganas de volver a ese...

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