de siete juegos Tango

Alejandro Sabella tenía sobre su espalda ayer una presión enorme. El estratega decidió modi ficar su alineación titular para hacerla más compacta. El riesgo que asumió con sus cambios, para liberar de responsabilidades a Lionel Messi y convertir a su grupo en un equipo, funcionó.Argentina ayer jugó su partido más completo de Brasil 2014, en el momento en que más lo necesitaba. Para vencer 1-0 a una pálida Bélgica, y quebrar un maleficio de 24 años que perseguía a toda una nación que sufre con el tango y el fútbol.Hace 24 años que los albiceles tes no se clasificaban a las semifinales del Mundial. Cuando eso ocurrió, en Italia 90, Javier Mascherano, uno de los capitanes de este grupo actual de jugadores, escasamente tenía seis años de edad. Ezequiel Lavezzi, cinco.Messi, sólo tres años, los mismos que Gonzalo Higuaín. Ángel Di María, solo dos. Marcos Rojo, el jugador más joven de la plantilla, tenía apenas cuatro meses de nacido.Para lograr su cometido y retor nar a la senda en la que los dejó Diego Armando Maradona como jugador, Sabella apostó por introducir en su once titular a Martín Demichellis y Lucas Biglia, reemplazante de Fernando Gago en la mitad de la cancha. Ambos estabilizaron el equipo, haciéndolo más compacto y menos dependiente de Messi.La influencia de ambos, apro vechando además que Bélgica en la primera parte salió a buscar el partido, hizo que Argentina por primera vez en todo el certamen jugara con comodidad. Con espacios. Y de esos lugares ofensivos que no habían percibido antes llegó el único tanto.Higuaín...

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