El silencio de los cohetes

Lo dijo muy claro la portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Jen Psaki: el alto el fuego indefinido que entró a operar entre israelíes, el grupo islamista Hamás y demás facciones armadas palestinas es una oportunidad, no una certeza.El pacto, conseguido bajo la intensa mediación de Egipto, pone fin a 50 días de hostilidades en los que murieron más de 2.000 personas, hubo miles de heridos, casi 300.000 personas tuvieron que buscar refugio y miles de viviendas y obras de infraestructura fueron destruidas.Una espiral de muerte en la que los palestinos llevaron la peor parte, pero que se rompió cuando millares de ellos salieron a las calles a celebrar el fin de la guerra. En Israel, el acuerdo se asumió con escepticismo, pues, a juicio de muchos, las causas que provocaron la crisis están vivas.Lo que diferencia este cese del fuego de las otras treguas fraca sadas es que por primera vez este no tiene término en el tiempo, lo que abre las esperanzas para que los temas en los que hay mayor divergencia se negocien en calma y no con la presión de los proyectiles. Es un paso enorme.Los más escépticos opinan que así como quedaron las...

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