Silencio culpable

América Latina y el Caribe se desenvuelven entre la indiferencia y la tolerancia a los atropellos a la democracia y a los derechos humanos por el gobierno venezolano. El sistema latinoamericano lo ha apoyado con la inacción y el repudio a la negación de visas y congelamiento de activos decretados por Estados Unidos a siete altos funcionarios acusados de violar los derechos humanos. La medida del presidente Obama, por soberana que pueda ser, terminó siendo contraproducente: provocó el rechazo solidario de América Latina y el Caribe, y sirvió de excusa para que el presidente Maduro obtuviera poderes extraordinarios, que incluyen facultades para imponer más restricciones a las libertades individuales y de prensa.La OEA renunció hace ya mucho tiempo a intervenir en favor de la democracia en Venezuela. No ocurrió lo mismo con Honduras y Paraguay.Entonces la OEA suspendió a ambos países, que destituyeron constitucionalmente a sus presidentes. La Alba, dominado por Cuba y Venezuela, ha sido impulsor de estas incoherencias y respaldos que serán replicados por Celac.Frustrante ha sido la...

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