Silencio suicida de PJ y AD

Comencé mi columna del pasado martes 6 de febrero señalando que hasta ese día el país seguía sin saber qué haría la oposición dialogante con respecto a las dos eternas tenazas de la estrategia oficialista, en esta ocasión el acuerdo de convivencia y paz a firmar de inmediato en Santo Domingo y la trucada elección presidencial. Ya sabemos lo que pasó. Mientras los representantes de la MUD hacían esfuerzos desesperados para lograr concesiones que les permitieran a sus partidos justificar su participación en esa infeliz convocatoria electoral, Nicolás Maduro tomó la decisión de cerrar bruscamente todas las válvulas de escape que pudieran servirles a los espíritus más complacientes de la alianza opositora para suscribir lo inaceptable. Por una parte, la ilegalización funcional de Primero Justicia como partido político; por la otra, el anuncio de que la fecha de la elección presidencial quedaba fijada para el 22 de abril. Con oposición o sin ella. A los representantes del llamado G-4 de la MUD, sorprendidos por este nuevo exabrupto de into lerancia chavista, no les quedó otro remedio que levantarse de la mesa y dejar de jugar.Hoy podría comenzar esta columna repitiendo las palabras de entonces, porque el silencio de los dirigentes de esos cuatro partidos se fue haciendo insoportablemente insondable desde aquel doble atropello totalitario del régimen. Atrapados en el falso dilema de votar o no votar, Julio Borges se limitó a advertir que la ilegalización de su partido no tenía por qué afectar la decisión de la alianza.Henry Ramos Allup, sin duda perturbado porque el fracaso de las conversaciones dominicanas amenazaba seriamente su ilusión de al menos ser candidato presidencial antes de pasar a la reserva, insistió en la necesidad de llegar a un acuerdo unitario en el seno de esta MUD tan ostensiblemente fuera de lugar. Desde ese día, nada más de nada, a pesar de que hace algunos días, ante la indignación creciente de los ciudadanos por ese no dar la cara de sus presuntos dirigentes ante lo que puede llegar a ser la encrucijada más crucial de esta durísima etapa del proceso político venezolano, Ramos Allup trató de calmar los caldeados ánimos del pueblo opositor prometiendo, ¡ay, con las promesas del imperturbable secretario general de AD!, que este pasado fin de...

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