Sillas de vanguardia orgánica

Una mirada contemporánea al folclore y un rescate de la tradición desde la modernidad. Bajo esa premisa las diseñadoras Anabella Georgi y María Antonia Godigna, de la firma Maximaduda, unieron ingenios y oficio para concebir unas sillas sustentables con los tejidos de moriche, esos que elaboran para los chinchorros las mujeres de la etnia kaigual de la tribu warao, en el Delta Amacuro. Un concepto de muebles vanguardistas y de diseño sensorial que fue seleccionado este año por el Salone Satellite de Milán, y que preserva en idea y sentimiento parte del acervo de las comunidades indígenas. Queríamos desarrollar unas sillas urbanas con el moriche desde la idea de la emoción que da un chinchorro cuando te acuestas en él, asoma Georgi. El concepto buscaba materializar la experiencia de la hospitalidad que se siente en el amparo de un chinchorro, como ese que recuerda el columpiar durante una tarde bajo una brisa fresca. Son dos modelos de sillas, llamados Miss Tucupita y Miss Delta Amacuro, elaborados con los tejidos de moriche. En los diseños buscábamos innovación artesanal, pero sin romper nuestro patrimonio cultural, precisa Godigna. De modo empírico. La idea de recrear y evocar las sensaciones del chinchorro se produjo de modo empírico. El desarrollo creativo de cada silla fue exploratorio y experimental. Se cosía y descosía, y se iba trabajando sobre la maqueta con el moriche, que es un material resistente, flexible y suave a la vez, asoma Georgi. En la práctica se investiga ron las formas porque el moriche, dependiendo de cómo lo estiras, da pautas estructurales distintas, desliza Godigna. Uno de los preceptos de uti lizar el moriche en su idea de diseño natural y sustentable promueve una negociación digna con la...

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