Simón Barrios. Consagración

El retrato como expresión metafísica, como aproximación mística a la condición humana, es el punto de partida de la serie realizada por el artista multimedia Simón Barrios Bravo. Una declaración de principios que elude la sola búsqueda de la experiencia estética para trascender lo corpóreo. Y que sea el propio fotógrafo quien se presente antes de referirnos a Consagración. Más allá de su forma y su necesaria materialidad, más allá de la idea y sus relaciones semánticas, simbólicas e intelectuales, más allá de la técnica que evidencia la destreza sobre la herramienta, la obra de arte pertenece al mundo de la posibilidad, de la conciencia de aquello en lo que se cree: la obra como una confirmación de fe. Esa es la declaración de prin cipios de Simón Barrios y es también el asomo de las claves para entender el sentido filosófico de su trabajo, en apariencia anodino, pero cargado de mucha espiritualidad. Desde su título, esta serie in vita a replantearse la relación del hombre con su religiosidad. Las fotografías de Barrios proponen, desde una iconografía cargada de símbolos y misterios, la idea del hombre como ser sagrado y religioso, en su sentido más ritual. La premisa de la que parte el artista es la siguiente: Por tratarse de una imagen capturada en el tiempo, la fotografía representa un elemento de comunión entre lo ausente y lo presente. Y prosigue: Por ejemplo, cuando se utilizó la fotografía para retratar a los muertos, este acto respondió en esencia a un comportamiento ritual que brindaba a ese ser la...

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