Sistemas que suman o restan

Venezuela siempre ha sido caracterizada en las páginas de muchos estudios académicos como un país que históricamente ha sido proclive a incluir al mayor número de voces en su sistema político. Eso es parcialmente cierto. Lo que politológicamente se conoce como la fundación del sistema populista de conciliación de élites, dibujado y llevado a la práctica en el muy denostado Pacto de Punto Fijo, desde sus mismos comien zos optó por excluir a los actores de la extrema izquierda. La consecuencia directa de esta decisión en el corto plazo fue la creación inmediata de actores desleales que insurgieron por la vía armada. Al cabo de diez años de iniciada la etapa democrática, y luego de la derrota política y militar de la guerrilla, fue cuando en nuestro país se comenzó a hablar de pacificación. Sólo, más adelante, fue cuando el propio sistema procuró sumar. El diseño institucional vene zolano de entonces permitió incorporar a muchos de estas voces disidentes dentro de su propio seno. La mayoría de quienes antes conspiraban desde los campamentos guerrilleros, progresivamente comenzaron a formar parte de la vida parlamentaria venezolana. El sistema funcionó y sumó: los incluyó. Los diputados adicionales por cociente muchas veces fueron escaños detentados por antiguos enemigos del sta tus quo. Hubo quienes ganaron su libertad siendo elegidos como diputados por cociente, adquiriendo inmunidad. A pesar de sus techos elec torales históricos, la izquierda aguardó pacientemente y aún sin mayor representación y poder en las instituciones el sistema volvió de alguna manera...

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