El Sodre de Bocca

Los vínculos entre el ballet argentino y el uruguayo han sido históricos y naturales. No sólo han compartido la cercanía geográfica, sino también, con sus singularidades, modos culturales, visiones de la danza clásica, maestros e intérpretes. Por eso no resultó del todo sorprendente la designación, hace poco más de dos años, de Julio Bocca como director artístico del tradicional Ballet Sodre de Montevideo, fundado en 1935, ahora llamado Ballet Nacional del Uruguay. El retiro de la escena del primer bailarín argentino y su deseo de introducir un cambio en su vida profesional y personal propiciaron esta posibilidad que ha significado el remozamiento del legendario conjunto, el segundo más antiguo de Latinoamérica luego del Colón de Buenos Aires. La presencia de Bocca a la cabeza de esta compañía ha de terminado el inicio de una nueva y tal vez inesperada etapa artística y organizacional para el Sodre, que lo ha llevado en poco tiempo a diversificar su repertorio, dinamizar su agenda de presentaciones nacionales e incursionar con fuerza en el ámbito internacional. El carisma del intérprete, que en su despedida de las tablas actuó en la porteña avenida 9 de Julio ante 300.000 espectadores, ha otorgado un renovado espíritu a la agrupación. Ahora cada actividad que realiza y cada proyecto que emprende llevan la impronta de quien sin duda es el bailarín clásico latinoamericano de mayor popularidad. Su fa ceta de director no es nueva, pues durante años condujo el Ballet Argentino, por él fundado. Sin embargo, el peso institucional del Sodre, así como su carácter oficial, demandan de su parte un modelo de gestión acorde con estas exigencias, que son en sí mismas un reto. Su paso por el Ballet del Teatro Colón de Buenos...

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