La soledad del líder

No existe un ser más solitario que un líder político al momento de tomar una deci sión en la que, de no acertar, su proyecto y su propio liderazgo están amenazados. Los consejos recibidos por compañeros y asesores en las instancias previas a decidir nada valen cuando llega a la encrucijada. Esos consejos, por cierto, suelen ser tan contradictorios como la realidad que tiene enfrente, o están contaminados por los intereses particulares de quienes los han emitido, son inservibles. Por eso, en ese último instante de máxima tensión emocional, cuando se juega la vida, el líder está absolutamente solo.La posición del líder de un proceso político es de suyo muy difícil de alcanzar, y mucho más difícil de mantener.Dado que el líder es sólo el pri mus inter pares del proyecto, una equivocación importante implica quedar a merced de rivales que aspiran a deponerlo y asumir el liderazgo. Eso se supone que conduce, si se concibe la política como un sistema darwiniano, a tener cada vez mejores líderes o por lo menos más aptos para so brevivir, que ya es bastante.Hay que añadir, por supues to, que el líder está sometido permanentemente a los exámenes, críticas y análisis de su desempeño por parte de los medios de comunicación nunca imparciales y sus opinadores. Los pundits, que llaman los gringos, capaces de declarar equivocado al líder, incluso cuando no ha tomado decisiones o cuando no está en la situación de tomarlas.El problema con la mayoría de los pundits, a escala mundial, es que ellos se consideran más sabios que el líder y que todos los políticos, a quienes usualmente se refieren en términos despectivos y si no ocupan su posición es porque la política les asqueaba y decidieron dedicarse a otra cosa.Son los padres de la antipolítica, aunque se niegan a reconocer a la criatura.El líder tiene además el tra bajo para el que está ahí: enfrentar a los adversarios jurados del proyecto político en el que milita, quienes tienen el propósito de liquidarlos a ambos. El líder, de cualquier grupo político en cualquier parte del mundo, vive por tanto en medio de una permanente lucha. Qué duda cabe que es una posición muy difícil de detentar.Venezuela es, por razones de muy diversa índole que aquí no caben, el lugar en el mundo donde ser el líder resulta, de lejos, más difícil. Si el liderazgo que se detenta, como es el caso de Henrique Capriles, es el de la oposición política a esta forma de dictadura cívico-militar...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR