La solidaridad está en la esencia del venezolano

Sus rostros no son conocidos. No salen en televisión y probablemente no lo harán. Pocos saben quiénes son. Ayer laboraron en silencio, sin esperar reconocimiento. Estuvieron en la mayoría de los centros habilitados para votar. Son hombres y mujeres, de diversas edades y tendencias políticas, que se unieron para que el proceso comicial fluyera con rapidez y sin contratiempos. Rafael Simón Colina es uno de esos héroes anónimos. Desde hace 40 años vive en Los Ruices y siempre ha colaborado en el centro de votación instalado en la Escuela Técnica Don Bosco, cerca de su hogar. Lo hago por solidaridad, afirmó sonriente. Colaboró en la organización de las filas para garantizar que los electores entraran de manera ordenada al centro. Si pedían 30, hacía pasar esa cantidad de personas; traté de no estorbar, señaló. Vistió cómodo, franela y zapatos deportivos, por si acaso la jornada resultaba agotadora. Fue maravilloso, la gente se comportó muy bien. Toderos. Rosario Hinojosa, de 53 años de edad, no cesó de entrar y salir del centro de votación en el Liceo Felipe Fermín Paúl, en Antímano. En sus idas y venidas saludó a los presentes, pidió orden en la fila y entregó sándwiches, naranjas, jugos y agua a quienes espera ban su turno para sufragar. Desde hace 12 años ha sido voluntaria en los comicios. Ayudamos porque la solidaridad es parte de la esencia del venezolano, afirmó. No tenía una labor definida. Su misión era trabajar. Somos toderos; repartimos agua, comida, medicamentos. Si hay que trasladar a alguien al centro, lo hacemos sin importar su tendencia política. También los ayudamos a ubicar su mesa. Asistencia...

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