La suerte de Lucky

Primero hubo silencio. Pasaron varios minutos y los gritos comenzaron a es cucharse en el zoológico Las Delicias, en Maracay, el más antiguo del país. Cuentan los cuidadores que los animales percibieron la muerte de la gigante Lucky, elefante india que murió el pasado 3 de octubre por torsiones intestinales. El primero en despedirse fue Gaspar, el chimpancé de 70 años de edad que llora cuando ve a un militar; le siguió la nutria Pepe, que tiene hambre todo el tiempo. Inmediatamente después, una bandada de aves alzó vuelo en ensordecedor alboroto. Luego, los jaguares Tacarigua y Horcos, machos que no tienen pareja, además de la tigresa Hera, rugieron Âcomo en una escena de El rey león en honor a la paquider mo, que llegó al zoológico en 1953 proveniente de Hannover, Alemania. El manso burro Francisco, compañero de jaula de Lucky, observó cómo las viejas rodillas cedieron bajo sus tres toneladas de peso. El equino vio a la grúa de Cadafe que alzó a la elefante; también fue testigo de cómo los veterinarios y cuidadores intentaron salvarla. Pero su hora final había llegado: murió a las 11:10 am. Tenía 63 años. Un equipo de patólogos vete rinarios de la UCV llegó al sitio y realizaron una necropsia a cielo abierto. Con una motosierra, hachas, escalpelos y cuchillos de carnicería tomaron muestras durante horas y se fueron. Lucky quedó hecha pedazos, que terminaron enterrados en una fosa del Parque Nacional Henri Pittier bajo tres sacos de cal. La necropsia señala que la pa quidermo murió por tres torsiones intestinales, infección y lesiones ulcerosas. El director del zoológico público, Israel Cañizales, agrega otros factores que a su juicio provocaron el fallecimiento: la longevidad y las secuelas de haber tragado en julio una cuerda de nylon de más de cinco metros. Lucky murió de varias cosas al mismo tiempo: es un animal que superó la expectativa de vida en condiciones de cautiverio, calculada en 48 años. No sabemos cómo, pero en julio amaneció con un nylon que salía de su recto y a finales de agosto comenzó a mostrar apatía, precisó Cañizales, que también reconoció que du rante la última etapa de vida de Lucky el distribuidor de alimentos no pudo traer algunos rubros al mismo tiempo. Pero nunca dejó de comer y comió lo que le provocó. Sin embargo, existe un tercer factor del cual poco se habla y cuyo efecto es difícil de medir: ¿Lucky fue víctima del presupuesto deficitario de Las Delicias? Esta duda la comparten Juan Pablo Celix, ex...

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