El suicidio del chavismo

Basta admirar la discapacidad intelectual y política del sucesor del gigante y de sus pares en la dirección colectiva de la revolución para saber cómo terminará esta tragedia. La insistencia en los postulados de mediocridad económica que Jorge Giordani le inculcó al difunto no le augura vida larga al régimen. Si en el vecino Brasil, que presumía del éxito del Plan Hambre Cero y se ufanaba de ser una potencia económica emergente, todas las mentiras y la basura oculta bajo la alfombra del izquierdismo han explotado en pleno preámbulo del Mundial de Fútbol y de las Olimpíadas que, en el éxtasis de la bonanza brasileña se apres tan o aprestaban a realizar.Al malestar económico se le suman la indignación por la incontrolable delincuencia, el resentimiento de los venezolanos que han necesitado de los servicios del paupérrimo sistema de hospitales públicos y los que han sido víctimas de la voraz e insaciable corrupción en el sistema judicial. Todos sabemos que la única razón que ha evitado que se desaten los demonios aquí es que hasta la plebe más ignara ha oído hablar de lo terrible que fue aquella guerra federal que al final...

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