Superar la contradicción socialista

Las contradicciones socialistas parten de la propia experiencia de vida que tienen los que militan obstinadamente en esas lides. Los feligreses de esta doctrina se pretenden deslindados del mundo material, abogan por la sencillez y la moderación a favor de la igualdad, hasta que disfrutan del ascenso material y se ven obligados a ocultarse para acariciar lo que anhelan: buena ropa, viajes y artefactos que provienen de la riqueza.Así como es cretino y subhu mano relegar nuestra existencia al disfrute material y a perseguir la satisfacción que de ello deriva, terminan siendo hipócritas y cínicas las propuestas socialistas que rompen lanzas en contra del consumo, la asignación de recursos según las capacidades y consideran cuasi vulgar el comportamiento guiado por incentivos.La contradicción socialista es todavía más tórrida cuando quienes la padecen son personas con poca formación intelectual, estiman que el límite del conocimiento de la humanidad se equipara al de sus propias limitaciones cognitivas y, adicionalmente, se encuentran en posiciones que les permite eludir la evidencia de su desnudez intelectual.Casi todos los líderes popu listas cuadran con este perfil.Desde Trump hasta Chávez, de Getulio Vargas a Perón, pasando por pintorescos personajes como Velazco Alvarado en Perú; en todos estos casos el menosprecio por el conocimiento es proporcional a la convicción de su posesión. En otras palabras, a estos señores nada había que enseñarles, ellos ya todo lo sabían, o de lo contrario, estaban a punto de darse cuenta de la obviedad que se atrevió a enunciar algunos de sus técnicos cuando, en un acto desesperado de tratar de enmendar las acciones disparatadas de su jefe, se atrevió a contradecirlo.Cuando bajamos al cuadro administrativo la contradicción socialista se hace aún más clara y vergonzosa. El discurso socializante, la demonización del materialismo, la alusión al propio sacrificio, contrastan bochornosamente cuando los vemos en remotas ciudades o en lugares donde se creían protegidos, jadeando y exultando placeres materiales que solo serían simples caprichos o gustos normales si no provinieran del empaque rígido que les impone el ascetismo hipócrita del...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR