Suplente en la merienda, titular en la cena

Con la paciencia de un monje, Dani Hernández ha tenido que sortear esta temporada más de un obstáculo. El primero, fue aprender a vivir a la sombra de Jaime Jiménez, un español que sin tener mucho más cartel que el criollo logró la confianza del técnico. Mientras buscaba no aburrirse en el banco, encontró que a su equipo, el Valladolid, le estaba costando cancelar las mensualidades lo que los llevó a tener cuatro meses de retraso. Aún así, el cuadro vallisoletano se las ingenió para trascender en el playoff de ascenso a primera división, en el cual sólo les falta subir un escalón más. Para Hernández, la tempora da había transcurrido sin muchos sobresaltos. El único fue a finales de enero, cuando la expulsión de Jaime le obligó a salir al campo a detener un penal contra el Alcorcón, casualmente, el rival que deben vencer en la final del playoff de ascenso que empezará mañana. Es muy complicado ser suplente, debes estar bien preparado porque no sabes cuando llega la oportunidad, no puedes ba jar los brazos porque te puede llegar cuando menos lo esperas, contó ayer el criollo. En aquel momento difícil mente se esperaba que el hombre que le cierra el paso...

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