Suráfrica y Maduro

Este diario, en su edición del jueves 29 de agosto, informaba sobre la formación de un Estado Mayor para atender al sector salud. Y es que ahora, cada vez que una situación sobrepasa la capacidad de tolerancia de la población, Maduro y su gobierno callejero -si han sido capaces de percibirlo- se abocan a la creación de un esquema organizativo propio de las fuerzas armadas, que pone bajo el mando de un militar la logística organizativa y la gerencia de recursos de programas improvisados para enfrentar las cada vez más frecuentes contingencias que entraban la gobernabilidad.

La aplicación de este modelo a la administración pública se hace por una razón fundamental: simular que se sabe gobernar y, para ello, se recurre a la institución que el inestable mandatario de turno cree la de mayor prestigio entre sus incondicionales seguidores, confundiendo a su parcialidad con la totalidad del país.

El modelo, de entrada, es excluyente porque no está concebido para que los involucrados en un problema participen de la solución, sino para poner en manos del "cogollo madurista" aquellas áreas que los analistas rojos consideran vitales para fortalecer su hegemonía, aunque para ello tengan que poner de lado las justas aspiraciones de una muy buena parte de la población.

Con una suma ridícula en relación a la magnitud de las exigencias de la red nacional de centros de atención médica, el Gobierno hace demagogia pura y dura con la salubridad e higiene ciudadanas y decide que, de un total de 241 hospitales dependientes del Minpopo de Salud, 230 quedarán fuera de la lista de los que atenderá el fulano Estado Mayor ad hoc.

Médicos, pacientes, trabajadores y gremios han criticado con inobjetables argumentos esta decisión...

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