Sustentarse en el aire

Cuando asisto a las presentaciones de libros, exposiciones y conferencias, o cada vez que acudo a las reuniones periódicas del Consejo Consultivo Cultural de El Nacional, encuentro en todas ellas una fuerte corriente de oxígeno que necesito para sobrevivir al narcoestado venezolano que chapotea y se ahoga en el pantano de una mediocridad impuesta desde la cúpula militar, pero que se arrastra por los salones y pasillos de Miraflores desde donde vocifera y se confunde en su propio adocenamiento y limitaciones. Un aire que de alguna manera proviene, sin lugar a dudas, de aquella cuarta república que insiste en mantener vivas, en muchos de nosotros, una libertad de ideas y movimientos culturales que respirábamos sin temor a contaminarnos con los bacilos del miedo, el desprecio, la inseguridad y los rencores sociales desatados por el extinto Hugo Chávez, culpable de la ruina en que se encuentra el país.Ese es el aire que anhelo res pirar y no el ozono que pretende fortalecer mi respiración y por el que se canceló un impuesto antes de que comenzara a propagarse en el aeropuerto de Maiquetía.El aire es soplo vital, crea ción, aliento; pero también es palabra, es viento y permanece asociado a los perfumes y al olor. Algo está podrido en Dinamarca, observó Hamlet solo para que Shakespeare no evidenciara que lo podrido se encontraba precisamente en su propia tierra inglesa. Nosotros padecemos aire podrido no solo en los contenedores de alimentos, sino en la descompuesta y enrarecida hora militar venezolana.Para Nietzsche, dice Gaston Bachelard, citado por Juan Eduardo Cirlot en su Dicciona rio de Símbolos , el aire es una especie de materia superada, adelgazada como la materia misma de nuestra libertad y dice también que la marca verdadera de lo aéreo se funda en la desmaterialización combinándose estrechamente con el sentimiento de lo aéreo, las sensaciones, recuerdos o ideas del frío, del calor, de lo seco y de lo húmedo; de los factores ambientales y climáticos. Es más: para Nietzsche el aire debe ser frío y agresivo, el aire de las cumbres.Lo que deseo respirar no es el ozono del aeropuerto sino...

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