El Tajmahal de Caracas

No le bastó a Artemisa llorar la muerte del sátrapa Mausolo, un personaje del que, a no ser por su tumba, poco se sabría y no precisamente para su gloria; tuvo que mandar a edificar un templete a la memoria de su amado difunto que, por su magnificencia, fue incluido entre las siete maravillas del mundo antiguo. Su suntuosidad parece haber sido tal que su nombre dio origen al vocablo mausoleo, con el cual se designa generalmente a un monumento sepulcral destinado a contener los restos de un personaje de envergadura. Ejemplos sobran: las tumbas de Grant en Nueva York y de Abraham Lincoln en Springfield, Estados Unidos; la de la reina Victoria en Berkshire, Inglaterra, o los impresionantes panteones del emperador Qin con su descomunal ejército de soldados de terracota en China y el de Jahangir en Pakistán; o el no menos portentoso cenotafio, más que mausoleo, de Genghis Khan en Mongolia. Pareciera que a juicio de quien nos gobierna, un monumento funerario, no una obra de utilidad pública, sería el modo de dejar su impronta en la capital. Y, como desde que hizo su aparición en la escena nacional se ha empeñado en sustituir la historia por un panegírico unipersonal, construyendo una singular saga de ribetes religiosos en torno a un superhéroe al cual no sólo admira, envidia y venera, sino que, en su delirio de grandeza, trata de equiparársele, decidió que Bolívar requería un templo para él solo, solito, ya que no podía ser rojo, rojito. Pero no cualquier templo, ¡no!, sino un Santo Sepulcro pensado para que el Sumo Pontífice del culto bolivariano, que sí se cree profeta en su tierra, pudiese estar a solas con su amado Dios de la Independencia, sin la irritante compañía del General Páez y otros próceres, a su parecer de menor cuantía, o de civiles sin más mérito que su obra, trayectoria e inteligencia como Simón Rodríguez, Cecilio Acosta, Luis Razetti o Andrés Eloy Blanco. Mejor solo que mal acompañado, pensó y de allí este mausoleo, que con una inversión de más de 150 millones de dólares, se ha chupado la mitad del presupuesto del Ministerio de la Cultura. Pompidou...

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