Ellos también van de tiendas

Si los hombres pudieran fundar un sindicato único, lo harían sobre una máxima universal: por lograr la justa reducción de los tiempos de espera ante los probadores femeninos. Para muchos de ellos resulta una tortura confesa la indecisión de las mujeres entre un par de blusas o ante los siempre insuficientes zapatos, mientras ellos aguardan sosteniendo bolsas de compras, aburridos.Pero es conocido que, para ellos, también existe un placer consumista no demasiado oculto: herramientas y autoperiquitos son al sexo masculino lo que zapatos y carteras son para ellas, cuando de ir de compras se trata.Alfredo Escalona y Jesús Sa lazar coinciden en el punto innegociable de la espera que desespera frente al probador femenino. Aunque llevan estilos de vida muy distintos el primero es gerente de proyectos petroleros en Arabia Saudita y tiene 52 años de edad y el segundo es publicista y diseñador gráfico, con 53 años, ambos comparten la pasión por comprar y mantener sus herramientas actualizadas para emprender proyectos en casa.Me gusta ir a tiendas de he rramientas porque todo el tiempo hay algo que hacer en la casa y siempre salgo con algo, así sea una bolsita de tornillos, confiesa Escalona, para quien la marca de un martillo o un serrucho no es un asunto de cuidado. Salazar, por su parte, sí considera que es preferible comprar piezas costosas pero que duren más: Una buena herramienta, si se limpia bien, dura toda la vida. Prefiero comprar algo bueno y de calidad, con tal de no pasar rabias.Lo de las rabias es un asun to delicado, considerando que esas herramientas salvan la vida en momentos cruciales, como la rotura de un tubo en casa o el montaje de la puerta de un gabinete. Porque nadie pensará, a estas alturas, que quienes deliran por perderse en los pasillos de las grandes ferreterías, compran seguetas para coleccionarlas. A estos hombres les apasiona saber que sólo tendrán que llamar a un técnico para arreglar algo en casa cuando sea estrictamente necesario. Los proyectos que se emprenden por cuenta propia permiten aprender más y dejan más satisfacción porque son hechos por uno mismo.Lo malo son los gajes del oficio: paredes torcidas, puertas desniveladas, pinturas de colores indeseados, cortes en los dedos y pare de contar, dice Escalona.De padre a hijo. El amor por el homecrafting es, en algunos casos, algo que se hereda.Tanto Escalona como Salazar aprendieron del ejemplo de sus respectivos padres a hacer el mantenimiento en casa, modelo que...

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