Temo fallarle a mi hija por falta de medicinas

El miércoles Belkis González logró activar, después de un año, la pila de un marcapaso cerebral que impide que su hija Oriana, de 18 años de edad, tenga crisis de convulsiones, pero otros 190 niños con epilepsia aún esperan para adquirir el implante en el Hospital Domingo Luciani.La hija de González tie ne diagnóstico de autismo y epilepsia. Llegó a convulsionar hasta más de 190 veces diarias por lo que aunque su edad cronológica es de 18 años, su mamá acota que es una bebé.En 2009 pudo ser candida ta a un estimulador de nervio vago, que es una técnica paliativa que se emplea en aquellas epilepsias que no han respondido a fármacos.Después de cinco años de vida útil necesitaba una pila para que siguiera funcionando que debía importarse.Duró un año apagada, dice su madre.Pero aunque su hija Oria na ya logró resolver su problema, ella decide hablar por los otros pacientes que están en lista de espera y las crisis de convulsiones no paran.Durante un año las fami lias estuvieron haciendo colas en Cencoex para que les aprobarán las divisas de los implantes o las pilas, pese a que las gestiones y la distribución las hace el Seguro Social. Hasta ahora solo 10 lograron obtenerlo.Pese al implante, la hija de González consume cuatro anticonvulsivantes y dos sedantes nerviosos: Lamictal, Topamax, Trileptal, Keppra, Frisium y Alpram. Su costo mensual es de 10.500 bolívares mensuales y González gana sueldo mínimo trabajando como secretaria en un colegio. Aún así Oriana tiene al menos tres espasmos diarios.Por la escasez de estos me dicamentos llegó a bajar las dosis prescritas para racionar los medicamentos. Empezó bajando el Lamictal a 125 gramos de los 150 receta dos...

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