Territorio de odio y de escarnio público

Los activistas mangan-zones que siempre tienen un compromiso familiar cuando la ta rea que les asignan conlleva peligros, traiciones o grandes esfuerzos son los que más radicales se muestran en las reuniones, en las tardes de café y a la salida del cine. Son los que dicen que la lucha de clase empieza por odiar a los propios padres, que por más proletarios que fueren siempre arrastran prejuicios pequeñoburgueses. En los cursos de adiestramiento para la lucha popular y el levantamiento de las masas, etc., etc. es posible escuchar peores barbaridades y atropellos a la razón de boca de expertos en la materia, de esos que duermen con una granada fragmentaria debajo de la almohada, que se dicen bolcheviques del siglo XXI.En el discurso público, en el dulce embeleco de la masa, en singular, la narrativa adquiere tonalidades más complejas pero muy simples en apariencia. Anuncian que van a freír las cabezas de los enemigos en una paila gigante, que se va a instalar un paredón para darles su merecido a los traidores y apátridas, pero al mismo tiempo proclaman un mundo de paz, de solidaridad, pleno de amor y de frenesí, como dice la canción. Mientras les niegan el agua y el pan a los otros, ratifican con descaro sin igual que su corazón está lleno de cariño verdadero.En su cuadrícula política los enemigos son fáciles de identificar: todos los que no están del lado correcto, los que no muestran su fe en el proceso, que no...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR