ThyssenKrupp hace un repaso de su historia

Durante más de un siglo, los nombres Thyssen y Krupp simbolizaron el poder industrial de Alemania y su origen en el Valle del Ruhr, en el este del país. Pero, hoy en día, el consorcio siderúrgico ThyssenKrupp es mejor conocido como un caso en el que la cultura gerencial fue por mal camino. Esa valoración fue hecha nada más y nada menos que por el propio presidente ejecutivo de la compañía, al tiempo que la otrora potente productora de acero reportó la semana pasada pérdidas de 4.700 millones de euros US$ 6.200 millones para el año fiscal que concluyó en septiembre. La pérdida récord, principal mente resultado de un derroche de miles de millones de euros en una accidentada expansión en América del Sur y Norte, fue sólo la gota que colmó el vaso en una serie de crisis que han plagado a la compañía: desde varios casos de corrupción hasta el despido de tres de los seis directores de la junta directiva este mes por las pérdidas y los escándalos. Hasta hace poco, impera ba un concepto en la cúpula de que las redes de viejos amigos y la lealtad ciega eran a menudo más importantes que el éxito de la compañía, dijo a reporteros el presidente ejecutivo, Heinrich Hiesinger, un ex gerente de Siemens AG traído el año pasado para reestructurar a la empresa. Es obvio que muchas cosas se hicieron mal en el pasado. Hiesinger ahora encara uno de los mayores desafíos del mundo empresarial alemán: transfor mar a ThyssenKrupp y reformar una cultura corporativa en la que, como él describe, las discrepancias y los resultados negativos eran preferentemente escondidos en vez de solucionados. Krupp y Thyssen, que se fusio naron en 1999 en una de las primeras adquisiciones hostiles en el país, se han dedicado a la producción de acero desde el siglo XIX, alimentando buena parte del ascenso industrial de Alemania y, en la primera mitad del siglo XX, su potencia militar. Hiesinger quiere convertir al grupo en una empresa más centrada en la ingeniería de alta tecnología, con planes de deshacerse de sus plantas deficitarias en Brasil y Estados Unidos y de llegar a un acuerdo para vender su división de acero inoxidable a la rival finlandesa Outokumpu Oyj. Férreo control Una vez que estos planes se ha yan completado, el acero representará sólo 30% del portafolio de la empresa, frente al 41% que contribuyó a la facturación de 47.000 millones de euros el pasado año fiscal. Lo que permanezca del negocio siderúrgico de ThyssenKrupp en Europa podría ser demasiado...

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