Tiempos de cólera

Para quien disponga de dinero en abundancia, un vehículo blindado y seguridad pagada, la Venezuela actual no es un mal sitio para vivir. Con un poco de suerte y algún contacto político, el hombre al que me estoy refiriendo podrá ir aumentando su fortuna como no lo haría en ninguna otra parte del mundo donde la corrupción fuera un problema de Estado y, por tanto, estuviera sometida a estricta vigilancia. De alguien así suele decirse que se trata de una persona que tiene razón para considerarse satisfecha. Este artículo no fue escrito para él. Ha sido escrito para el vene zolano corriente que vive en la Venezuela actual tan vecina del caos, tan inclinada a dejarse llevar por los cantos de sirena en forma de consignas políticas por las que se nos quiere gobernar. Son quienes dependen de un factor Âimprescindible en la vida de un hombre en circunstancias normales con el cual ya no cuentan o están bajo su amenaza: la pérdida del presente. ¿Qué se quiere decir con esto? A una primera inspección, la sociedad venezolana está sometida hoy a una profunda división a consecuencia de las diferencias, reales o artificiales, acumuladas. Carlos Marx creía que el proletariado era el representante real de la humanidad. El actual régimen de gobierno en Venezuela piensa que solamente las clases E y D Âo sea, los más necesitados desde todo punto de vista constituyen la genuina representación del pueblo venezolano. La vida, fuera del terreno po lítico y dentro del psicológico, en sus limitaciones de tiempo y espacio, es la asignatura más importante que el hombre tiene que cursar, y la lección que mayores dificultades plantea para su aprendizaje es la de aprender a superar su pasado y definir qué es lo que va a ser su futuro. El puente que conduce de un extremo a otro de estas dos hipotéticas riberas es el presente. Si el presente se diluye, desaparece o simplemente no se dispone de él, entonces se producen unas inhibiciones que terminan siempre en una alteración de funciones. El problema es que las funciones que se alteran son las funcio nes psíquicas. Y de esa fuente manan el abatimiento interior, la melancolía y la frustración. Cuando el proceso de la inhibición del presente...

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