La tolerancia se coló en el oeste

Motorizados del PSUV que trasladaron a sus vecinos de la oposición. Testigos de mesa de bandos encontrados que se servían café para aliviar la espera. Son sólo un par de ejemplos de cómo se vivió la jornada electoral en parroquias del oeste caraqueño como Sucre y La Vega, pese a que los votantes ejercieron su derecho en calles llenas de propaganda y militantes oficialistas incluso muy cerca de los centros. Argelis Hernández, una comerciante informal de 55 años de edad, fue testigo por la Mesa de la Unidad Democrática en la escuela Miguel Antonio Caro de Catia. De su termo repartió café para todos los que trabajaban en la mesa y para el testigo del PSUV. Aquí somos vecinos y amigos. Hemos trabajado armoniosamente, nos conocemos de otras elecciones, dijo Hernández, a quien le ha tocado ser miembro de mesa en anteriores comicios. En su experiencia, la de ayer fue una de las elecciones más concurridas; al mediodía ya había sufragado la mitad de los votantes. En la cola del Instituto Jesús Obrero, en Los Flores de Catia, Miguel Ángel González cantaba y bailaba el éxito del salsero puertorriqueño Héctor Lavoe, Todo tiene su final. Aquí tenemos distintas opiniones, pero estamos conversando chévere, lo interrumpió Âentre risas Luis...

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