La Torre de David: Hablan Ángela Bonadies y Juan José Olavarría

L uego de dos años de iniciado el proyecto La Torre de David, lapso duran te el cual la propuesta ha sido presentada en Nueva York 2010, Madrid, Rio de Janeiro, Caracas y Dubai 2011, ¿qué saldo reflexivo sacan de esta experiencia en relación con sus expectativas iniciales? Nosotros partimos sin expectativas al realizar este trabajo, fue una pulsión. Es un trabajo cuyo desarrollo ha sido muy extraño porque se ha mostrado por partes y se ha convertido en una fuente inagotable, tanto en la producción como en la reflexión. Nunca hemos mostrado las mismas piezas en estos lugares, el trabajo ha ido variando, está vivo, de alguna manera responde a la propia organicidad de la torre. Sentimos que no puede ser de otra manera. Consideramos que la torre se convirtió en un símbolo, más allá del edificio y su circunstancia. Se convirtió en una representación del país, que supera su propia materialidad. Quizás el saldo reflexivo es que hay que alejarse de lo evidente del tema y adentrarse en el lenguaje, en lo que allí se puede leer entre líneas, en las alarmas que enciende, en el tejido social, en las bases. Si lo expresamos a través de imágenes, no nos interesa aterrizar en el helipuerto de la torre ni hacer un trabajo espectacular o aéreo, nos interesa ir a las bases, hurgar en las vigas de riostra, antes de la torre, pensar en el terreno, en el capital, en la ciudad, en el país, en las promesas. ¿Cómo evalúan la recepción que ha tenido el proyecto por parte de los medios informativos y la crítica especializada? Según su óptica como creadores ¿dónde se ha situado el énfasis: en la espectacularidad de la problemática abordada, en la estrategia seguida para articular la propuesta o en los productos tangibles dibujos, fotografías, collages, objetos que se derivan de esta iniciativa? La recepción del trabajo es muy interesante y en muchas ocasiones lo que más nos ha decepcionado. Por parte de los medios informativos, el caso se ha explotado de manera amarillista. No en relación a nuestro trabajo, sino a lo que consideran un fenómeno, un caso de arquitectura freak. Esa manera de enforcarlo es muy frívola, porque no toca el fondo sino que explota la forma con titulares alarmantes, brutales, sin ningún respeto por las personas que ahí habitan, por nuestro trabajo, por una situación que habla de un tejido social quebrado. Por otro lado, la crítica es pecializada ha tomado varios caminos. La primera publicación importante fue la de la revista Domus. Allí...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR