Trampa mortal

Más de 230 estudiantes que celebraban una fiesta en Santa María, localidad del sur de Brasil, murieron el domingo a la madrugada en una de las mayores tragedias masivas ocurridas en ese país. Lo más doloroso ha sido comprobar que la aplicación de elementales normas municipales de seguridad o una breve inspección previa habría evitado una de las peores noticias del año que empieza. 90% de los muchachos fallecidos perecieron por asfixia. La discoteca Kiss de San ta María era la trampa mortal perfecta: el local tenía una puerta única y carecía de salidas de emergencia o señales de evacuación; algunos extintores no funcionaban; los revestimientos acústicos eran altamente inflamables y tóxicos y el plano de prevención de incendios había vencido cinco meses antes. La...

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