Reflexiones sobre la transición

La alternativa democrática está obligada a visualizar los peores escenarios en el futuro inmediato. Si no se dan, pues, que viva Dios. Pero si ocurren que no nos sorprendan, que los sorprendidos sean los adversarios al encontrarnos preparados para triunfar. Lo deseable es llegar a las elecciones del 7-O, elegir a Henrique Capriles, desalojar a Chávez del cargo que ya ni ejerce e iniciar el proceso de reconstruc ción y desmontar el entramado revolucionario que amenaza con la represión, la violencia y el caos. Esto sería lo lógico. Trabajamos para que así sea. Diremos que la transición ya empezó. Desde nuestra perspectiva debe manejarse con mucha prudencia que no se confunda con debilidad. Sin embargo, en el alto mundo oficial se discute desordenadamente la transición del chavismo con Chávez hacia el chavismo sin Chávez. Se trata de mantener las líneas maestras del socialismo del siglo XXI, ante la posibilidad de que el mentor sea derrotado electoralmente, desaparezca físicamente o quede inhabilitado por una campaña intensa. Incluso, hay quienes plantean que ganando quizás tendría que declinar el mando. Pueden estar equivocados quienes piensan que en el oficialismo se impondría una línea moderada de acercamiento a la oposición. Grave error. Debemos tener presente el carácter militarista del régimen. No me refiero al número de...

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