La transición chavista

La activación del Consejo de Estado anunciado por Hugo Chávez antes de partir de nuevo a La Habana no es una decisión caprichosa. Como tampoco lo es el hecho que haya enfatizado la presencia en él de José Vicente Rangel. De alguna manera, éste sería el camino escogido por el mandatario para el inicio de una transición desde el mundo del chavismo. Está claro que cada vez son menores las posibilidades de que Chávez asuma la candidatu ra en términos que aseguren su reelección. Después de negarse a recono cer la necesidad de la sustitución en razón de su delicado cuadro de salud, Chávez habría decidido despejar el camino que facilite las posibilidades de prolongarle el poder en las elecciones del 7 de octubre. Para ello, el Consejo de Estado resulta una salida oportuna. De otra manera, era lógico que la Vicepresidencia se convirtiera en un tema altamente polémico. La escogencia de un nuevo vicepresidente habría representado la designación de un eventual sustituto en la candidatura. El nombramiento de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello o Adán Chávez hubiera significado la liquidación de las aspiraciones de Elías Jaua y ofrecería una se ñal de hacia dónde apuntaban los pasos del mandatario, amén de reconocer su incapacidad para mantener la candidatura. El Consejo de Estado, si bien es un organismo consultivo y no ejecutivo y cuya designación obedeció al estudio de la factibilidad para la separación de Venezuela de la Comisión Interamericana de...

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