El triángulo de Nicolás Maduro hacia el infierno

La primera línea del triángulo es la del diálogo. Debo precisar: la del falso diálogo. Es un falso diálogo porque el gobierno de Nicolás Maduro no tiene nada que ofrecer al país.Su política consiste en negar.No a la liberación de los presos políticos. No al reconocimiento del derecho constitucional que tenemos los ciudadanos de convocar un referéndum revocatorio. No al respeto necesario a la Asamblea Nacional. No a la ayuda humanitaria que ahora mismo se está ofreciendo a Venezuela desde distintos países del mundo.Maduro y sus capataces nie gan que en el país haya hambre y enfermedad. Se niegan a aceptar que son una minoría política en proceso de hacerse cada día más pequeña. Se negaron, una y otra vez, a tomar las medidas que hubiesen evitado el sufrimiento con que han castigado al país. Embrutecidos por la quincalla pseudo-ideológica que consumen en grandes raciones cada día, han dejado de entender al país. Han escogido negarlo. La realidad de Venezuela va por un lado rumbo al despeñadero y el gobierno lo niega: se dedica a proclamar los supuestos éxitos de la revolución bonita, mientras mendiga unos empréstitos, que no sabe si podrá pagar o no.El régimen negador porque esa es su esencia: negar siempre ha propuesto el diálogo, solo para ganar tiempo. Esto no es nuevo: tiene años llamando a mesas de diálogo con los sectores productivos sin que se haya producido resultado alguno: el nuestro es un país que cada día pierde su capacidad de producir y depende más de las impor taciones. Llama al diálogo para simular. Llama al diálogo para impedir todo cambio. Llama al diálogo para repetir sus fórmulas de autoritarismo. Llama al diálogo para hacer uso propagandístico del llamado, no del diálogo. Y es con ese llamado al falso diálogo con el que Maduro pretende negar el derecho del pueblo venezolano de protestar y de exigir un cambio.La segunda línea del triángu lo es una variante de la anterior, pero dirigida, sobre todo, al plano internacional: simular, contratando a un señor sin credibilidad alguna que tiene en su historial nada menos que la destrucción de la economía de España mientras fue gobernante, Rodríguez Zapatero, para que escenifique el falso diálogo ante las cámaras de televisión de Europa y el mundo. Lo más curioso del caso es que el señor en cuestión no promueve diálogo alguno, sino que se dedica a...

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