Unas son más iguales que otras

En reciente artículo de prensa, la fiscal general de república, Luisa Ortega Díaz, pontificó acerca de la igualdad. Dijo que los paradigmas de división y dominación requieren de una transformación humanista que, en esencia, conlleve la igualdad de los seres humanos [...]. Una aproximación a tan deseado cambio cultural significa asumir plenamente la defensa de la mujer. Sin embargo, cuando el sema nario Sexto Poder hizo un fotomontaje en el que ponía su retrato y el de otras altas funcionarias del régimen en los cuerpos de bailarinas, la fiscal Ortega Díaz se encrespó: en la igualdad que ella postula hay unas más iguales que otras. Las doñas que cumplen las órdenes de Chávez son iguales entre sí, pero no admiten ser emparejadas con cabareteras. Y no porque la caricatura aludía evidentemente a la alcahuetería que unas y otras practican, sino porque a las encopetadas de la revolución las ofende ser comparadas con trabajadoras cuyos tacones hollan alfombras con lamparones. El intenso cacareo de las vestales bolivarianas dejó claro su desprecio por las asalariadas del cabaret. Esas no son suficientemente iguales. El episodio sirvió para demos trar el repelús que las obreras del burlesque despiertan en las madamas de la mancebía política. Y, por unos días, se empleó también para distraer la atención de la masacre de mujeres que se ha perpetrado en Venezuela los últimos años, y que en los días del escándalo tuvo un escalofriante repunte. Un reportaje publicado en Úl timas Noticias dio cuenta de la sangrienta cosecha de agosto, en las mismas fechas en que las jerarcas se sacudían horrorizadas algún parecido con las fulanas del varieté. El 5 de agosto, una banda de ro bacarros asesinó a Nilda García, de 49 años de edad, propietaria de un transporte escolar en Guatire. El 14 de agosto, los pasajeros de un Jeep que cubría la ruta Las Delicias de Carapita fueron secuestrados por un grupo hamponil; en el tiroteo, una niña de 14 años de edad cayó muerta de un balazo en el pecho. El 22 de agosto, Elialberth Uzcátegui Mendoza, estudiante de Medicina de 24 años de edad, fue asesinada al ser interceptada por criminales cuando salía de una guardia en el Hospital Universitario Ángel Larralde, en Carabobo. Ofelia Álvarez, presidente de la Fundación para la Prevención de la Violencia contra la Mujer Fundamujer, reveló que en Caracas...

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