Unas relaciones

El pasado sábado partió a nuevos rumbos el saliente embajador de Estados Unidos en Colombia, Michael McKinley, después de tres años de misión en nuestro país. Con un particular estilo, la gestión del diplomático marca la evolución de las relaciones bilaterales entre Bogotá y Washington, que ahora se mueven en un plano radicalmente diferente al que durante varios lustros fuera la norma.Ante esa realidad, la perso nalidad de los embajadores estadounidenses ha evolucionado radicalmente. En el caso de Michael McKinley, aparte de promover la agenda binacional, lo mismo se le podía ver en un partido de fútbol en el estadio o en San Basilio de Palenque, para llevar ayuda a las mujeres afrodescendientes, o en una comparsa en el Carnaval de Barranquilla. Tales actitudes han servido para ambientar giros trascendentales en los vínculos con el Coloso del Norte, como la...

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