Estados Unidos, China y la guerra de las divisas

La receta de Estados Unidos para un crecimiento más dinámico de la economía mundial tiene tres ingredientes. Los países con grandes superávits comerciales, China en particular, deben exportar menos y depender más del gasto de sus consumidores.

Los países con amplios déficits comerciales, sobre todo Estados Unidos, tienen que exportar más y reducir el consumo interno.

Para que ello ocurra, el dólar tiene que caer.

El secretario del Tesoro, Ti mothy Geithner y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, hablan de los dos primeros ingredientes pero no son explícitos respecto al tercero.

La lógica, to mada de los libros de texto de economía, es que un declive del dólar debería abaratar las exportaciones de EE.UU., aumentando su atractivo y, de paso, disminuyendo el de las exportaciones asiáticas. Pero no es un elixir mágico.

Un tipo de cambio 30% más barato no va a ser de mucha ayuda para un trabajador estadounidense no especializado o semiespecializado que compita directamente con la mano de obra china, sostiene Barry Eichengreen, economista de la Universidad de California en Berkeley, en un próximo libro sobre el dólar. Pero no hay forma de conseguir el muy discutido reequilibrio de la economía mundial sin un debilitamiento del dólar.

El mundo, no obstante, no funciona de forma tan aséptica como en los libros de texto y por eso los gritos de guerra de divisas del ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, que le valieron las críticas, en privado, de sus pares en un reciente encuentro en Washington.

¿Se trata de una guerra que EE.UU. ya ganó y sólo queda negociar las condiciones de la rendición? Después de todo, si la Reserva Federal imprime suficientes dólares, es decir si emprende el relajamiento cuantitativo, el incremento de la oferta devaluará el valor de la moneda. ¿O acaso tiene razón Yiping Huang, un académico chino y ex economista de Citibank, cuando dice que EE.UU. no ganó la última guerra de divisas con Japón.

Es menos probable que gane una nueva guerra con China? El fantasma de que todos los países intenten devaluar su moneda más que la de sus competidores para estimular las exportaciones genera imágenes atemorizantes de la Gran Depresión. Pero aún no hemos llegado a tales extremos.

La disputa actual tiene más que ver con la velocidad. Los gobiernos y los consumidores de EE.UU., Japón, Gran Bretaña y buena parte de Europa continental están bajo presión para reducir su endeudamiento pronto.

China está tratando de dilatar...

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