Las urbes desde el subsuelo

Si las calles son arterias viales, las líneas de Metro son las venas cava que trazan bajo tierra el complejo organismo de transportación de cualquier ciudad. Y es que esta analogía no es más que símbolo del protagonismo que un sistema subterráneo ejerce en su metrópoli para mover en masa y fluidos bien distribuidos a millones de habitantes locales y, por supuesto, a miles de foráneos que la visitan.Con las calles de una ciu dad, superficiales en su mayoría y que se cuentan en miles, puede suceder que la mayoría sean genéricas y desconocidas.Pocas son célebres, icónicas, aunque sin duda le dan el sentido e identidad a la ciudad en cuestión, y por ello serán muy transitadas a propósito, con merecidos milisegundos dedicados a obturadores y flashes.Pero con el Metro sucede que sus líneas pueden caber en el conteo de nuestros dedos; todas son importantes porque pasan por debajo de algún lugar que importe al visitante; son fáciles de aprender, ya que se identifican con números, letras, colores o nombres sencillos; y aunque no merecen la atención de las cámaras fotográficas, tienen su propia identidad y pueden servir de termómetro cultural para medir la idiosincrasia de su gente, su forma de vida, sus hábitos, su día a día.Quizás la excepción a esta regla implícita sea Bogotá, pero cuando una megaciudad cuenta con Metro es porque ya es metrópoli. De hecho, Metro es apócope de metropolitano, de donde proviene la acepción. Caracterizados por el bajo costo, funcionalidad, rapidez, y por qué no hasta su propio encanto, de ellos una selección de los más célebres viene a continuación.Arte para el pueblo. Inaugu rado en la década de los treinta, el subterráneo de Moscú se concibió como un acto de justicia en el que las masas del proletariado por fin accederían al arte, encapsulado tradicionalmente entre las élites.Las estaciones que abrieron sus puertas durante el leninismo son de estilo palaciego, con materiales que incluyen el mármol en sus pisos, lámparas de araña de un barroco enrevesado y arte expuesto en los pasillos que hace de las paradas verdaderos museos. Con 9 millones de pasajeros por día, es hoy el Metro que transporta a más gente en el planeta.Puntualidad no inglesa. Es el segundo en volumen de pasajeros, con 2,5 millardos por año, y se nota al ver cómo en cada estación hay personal contratado para empujar con sus guantes blancos a los pasajeros, que en horas pico atestan las estaciones. Los trenes casi no esperan, porque es el Metro de...

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