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Uruyén confía en el regreso de los turistas

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Vincent

Cómo llegar. Es com plicado y costoso. Lo más económico y sencillo es llegar has ta Ciudad Bolívar y contratar un vuelo de Trasmandú Âuna línea pequeña que opera con avionetas de 6 puestos. El pasaje ida y vuelta cuesta 2.600 bolívares. Llegan algunos en sus avionetas privadas. Desde Canaima ofrecen vuelos. Es un trayecto muy corto. Uruyén está al pie del Auyantepui, dentro del Parque Nacional Canaima. La cultura pemón. Mi mamá me despertaba a las 3:30 de la mañana con una totuma de cachiri. Eso debía darnos ánimos para trabajar o salir a cazar. Era el momento de contar las historias para aprender de los padres, recuerda Victorino Carvallo sentado frente al Auyantepui con el río Yuruán a un lado. Aclara que ahora los niños duermen hasta las 6:00 am para ir a la escuela. Asegura que el mayor aprendizaje que tuvo de sus padres fue el respeto por la naturaleza. Hemos vivido en este valle de Kamarata desde mis tatarabuelos. Hasta los cinco años de edad estuve con mi mamá y mi papá. Luego me enviaron a la escuela en Kamarata, relata Victorino. Lo mismo cuenta su hermana Salustia. A los 10 años la pusieron interna en la misión de Kamarata, pero después se crió junto a sus hermanos. Ella explica su asombro cuando el hermano resolvió trabajar con turismo. Pero todos estuvieron de acuerdo, al igual que los padres. Los Carvallo, emprendedores. Victorino Carvallo fue quien inventó vivir del turismo en Uruyén. Si sus vecinos de Kavak recibían 9.000 visitas al mes gracias a su acuerdo con Aereotuy, ¿por qué no ellos, que tenían su cueva, su río al lado, las cascadas y la pared protectora y sagrada del Auyantepui al frente? En 1989 construyeron una cabaña para guindar chinchorros y un baño público. Empezaron a llegar los aviones DC3 de Servivensa, piloteados por Julián Rodríguez Âactual marido de Mary, dueños de Waku, el campamento estrella en Canaima quien solía volar en compañía de Harry Gibson. Así estuvieron llevando 20 personas en cada vuelo para aterrizar en la pista de 1.200 metros. El último aterrizaje fue en 1992. Cuenta Victorino que el ca pitán de la comunidad de Kamarata para aquel entonces los denunció porque no tenían permiso de Inparques. Los funcionarios llegaron y reventaron puertas y ventanas. Cerraron por un año hasta que llegó Aereotuy en 1993 y pasó a operar Kavak y Uruyén hasta 1998, como ya contamos el domingo pasado. La soledad los sepultó. Cuando escuchan un motor, son apenas uno que otro avión privado y alguno de Trasmandú que...

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