El vaivén de la imagen no cesa

Una catarata de más de 1.500 litros de pintura negra habla del colapso de la imagen contemporánea, del devenir del tiempo, del eterno retorno de Nietzche y de la importancia que el género pictórico ha tenido a lo largo de la historia en España. La instalación, creada por los artistas Beatriz Lecuona y Oscar Hernández, es una de las 148 obras que integran la exposición El columpio espa ñol. El conjunto articula una especie de vuelo rasante sobre las vanguardias que se tejen en un punto específico de la geografía: las islas Canarias. La muestra, en la que también participan los creadores Adrián Alemán, Teresa Arozena y Gonzalo González, forma parte de una investigación en torno a la cultural visual orquestada por Roc Laseca, comisario de la primera edición de la Bienal de Miami. Fue en esa ciudad donde Antonio Ascaso le propuso organizar una gran muestra de arte español para su galería. El musicólogo y semiólogo asegura que no cree en etiquetas nacionales, pero le pareció una oportunidad para adentrarse en el estudio de la imagen y en la batalla interna que ésta libra tanto con el espectador como consigo misma. El resultado es una especie de laboratorio que pone a prueba los conceptos tradicionales sobre la pintura y representatividad, la inmediatez de la cultura visual contemporánea y la propia noción de curaduría. Laseca parte de la metáfora del columpio para explicar la tensión interna que tiene la imagen y el modo en que es presentada. Toda imagen se columpia al menos entre dos polaridades, entre dos terminales; es un objeto móvil, por eso nos sentimos atraídos o sentimos rechazo hacia ella, y mantiene una relación tenso-dinámica con el espectador y consigo misma...

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