Vasco Szinetar: En vilo

Vasco Szinetar ha sido, desde los años 70, el ojo en vilo de la historia intelectual de Venezuela. Todos los que intentamos intervenir en ese mundo de formas simbólicas y polémicas, de verso o de taller, de música, literatura, teatro, cine, danza, arquitectura o institución cultural podemos encontrar, en circunstancias diversas, nuestros rostros y figuras detenidos en la blanca y negra metereología de sus fotos. Algún día esa crónica, en la que por cierto no se agota su obra, se revelará esencial para entender nuestra suerte, prodigio o drama.¿Qué significa entonces para este artista, empeñado en enfrentar la frontalidad inmensamente compleja del retrato hasta ponerle espejos al espejo de su lente, y de verse a sí mismo lúdica u obsesivamente en el acto invisible de ver, la producción de una serie de imágenes en las que el modelo se miraría a sí mismo, lateralmente, mientras deja de ver, mientras ve en lo oscuro de su órbita o su mano porque cierra los ojos? Desde antiguo cerrar los ojos forma parte del acto o de la misión, del ejercicio o del desafío de mirar. Desde antiguo lo que buscamos ver con más empeño se resiste la belleza con su cabeza entre las nubes, por ser difícilmente cognoscible para el humano intelecto, añade Cesare Ripa en su célebre Iconología; o Venus sosteniendo un espejo de forma tal que no pueda verse en él reflejada; o Longino el centurión que al atravesar el costado del que muere en la cruz enceguece enceguece su visión de los cuerpos materiales pero, sostiene el exégeta, descubre una visión trascendente y eterna; o Marco Aurelio aconsejando en sus Meditaciones que no se vuelva a los filósofos como quien retorna al maestro de escuela sino como quien, con el ojo enfermo e hinchado, coloca allí su cataplasma, su apósito húmedo para que, oscureciendo la mirada, pueda sanarla.De las imágenes de Szinetar hay una que particularmente me conmueve: aparece en ella la gran artista colombiana Beatriz González, quien ha hecho de sí misma, como un ícono del dolor colectivo de su nación en guerra fratricida, una serie de autoretratos en los que se figura de pie y desnuda, llorando con sus dos manos que tapan los ojos para no ver más el mundo y su furor insostenible.Esta iconografía, que adop tan también en las imágenes de Szinetar otros artistas claves de nuestro tiempo, Hans Eijkelboom, Erica Baum, Antonieta Sosa, Hreinn Fridsinnsson, Pauline Bastard e Iván Argote, Sigfredo Chacón, Sandra Gamarra, entre otros, ostenta una antigua...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR