La hazaña que venció al tiempo

La relevancia de los acontecimientos solo puede apreciarse con el tiempo. Por ello cabe preguntarse, setenta años después de lo ocurrido aquella tarde del 22 de octubre de 1941 en La Habana, si los integrantes del equipo de Venezuela pensaron en ese momento, que su triunfo sobre Cuba tendría el trascendental significado que la historia le ha reservado desde entonces. La interrogante no es más que un ejercicio de imaginación que sólo pretende ubicar a las más recientes generaciones en el justo contexto de lo ocurrido entonces. Sólo que no es necesario. El simple hecho de que hoy la mayoría de los medios Âal menos los impresosle dediquen unas cuantas líneas, sería suficiente para captar en su esencia el significado que envuelve el triunfo de Venezuela en la IV Serie Mundial de Beisbol Amateur celebrada en la capital cubana. Después de vencer a Puer to Rico, El Salvador, México, Panamá, Nicaragua, Estados Unidos y Cuba, con un revés ante Dominicana en el camino, Venezuela quedó lista para medirse al anfitrión en el encuentro decisivo a celebrarse en el estadio La Tropical frente a una multitud de unos 30 mil aficionados. Cuatro días después. Con la serie igualada, Cuba pretendió que el juego se celebrará el 18 de octubre, pero el ingenio de Abelardo Raidi, el delegado venezolano ante el comité organizador, logró aplazarlo cuatro fechas más tarde. El lapso suficiente para que el brazo del lanzador Daniel Canónico estuviese en su punto para tratar de detener a los cubanos. Detrás de Canónico, el ma nager Manuel Malpica colocó a José Pérez en la primera base, a Luis Romero Petit en la antesala, a Héctor Benítez en el jardín central, a Jesús Ramos en el...

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