'Venezuela debe dejar de ser un país en el que la gente está de paso'
A unque nació en Nápoles, Italia, en 1939, Claudio Bifano es más venezolano que la arepa misma. Tanto que en su oficina en el Instituto de Ciencias de la Tierra, de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela, uno de los objetos más preciados es un chinchorro. "Desde que trabajo aquí he tenido una hamaca en esa esquina. Cuando me canso me recuesto ahí un rato. Luego me levanto y sigo trabajando", relata divertido.
Bifano, químico inorgánico formado en la UCV, acaba de ser galardonado con el premio Alma Máter 2011, otorgado por la Asociación de Egresados y Amigos de esa institución, por su destacada trayectoria académica y profesional, dedicada a colaborar con el desarrollo científico, tecnológico y educativo de Venezuela.
A Bifano le sorprendió haber sido considerado para la distinción. "Esta ilustre universidad es tan noble, que hasta nos premia por hacer lo que nos corresponde, como si fuera algo excepcional", sonríe.
El investigador, que entre otras cosas también se ha desempeñado como profesor en la Universidad Simón Bolívar y gerente general de Investigación y Desarrollo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, asegura que la ciencia venezolana ha visto momentos mejores. Para ilustrar su afirmación, basta saber que el acto en el que iba a entregársele el premio se suspendió por el conflicto universitario.
-A su juicio, ¿cuál es la situación de la investigación científica en el país? -He vivido el desarrollo de la ciencia en Venezuela desde que en 1958 se abrió la Facultad de Ciencias de la UCV. De hecho, yo fui estudiante de esa primera cohorte. Durante 50 años, Venezuela logró consolidar una comunidad científica sumamente respetada y reconocida a nivel nacional e internacional. Y no sólo en ciencias básicas, que por supuesto son importantes, sino también en desarrollo tecnológico. Las estadísticas a las que tenemos acceso nos dicen que ahora ese desempeño ha mermado mucho.
-¿Cuáles son los indicadores más preocupantes? -La disminución en el número de proyectos científicos en ejecución, la desaparición de las patentes, la eliminación de los programas de becas que formaban en el país y en el exterior a las nuevas generaciones de investigadores, todas son señales que deberían preocuparnos.
-¿Qué estamos haciendo mal? -Yo diría que lo más grave de todo ha sido la aparición e instauración de un componente político muy marcado en la orientación de los fondos para hacer investigación.
La reciente...
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